Iglesia de San Vicente Mártir

La Iglesia de San Vicente Mártir se alza como uno de los templos románicos más emblemáticos de la ciudad de Zamora, destacando especialmente por su impresionante torre, considerada la más airosa y esbelta del románico zamorano después de la Catedral. Situada en pleno corazón histórico de la ciudad, en las inmediaciones de la Plaza Mayor y la Plaza del Fresco, este templo del siglo XII combina magistralmente su valor patrimonial con una intensa vida religiosa y cofrade que la convierte en epicentro de la devoción zamorana durante la Semana Santa.

Iglesia de San Vicente Mártir en Zamora
Iglesia de San Vicente Mártir (Zamora). Foto de José Antonio Gil Martínez, Wikimedia Commons, licencia CC BY 2.0.

Declarada Monumento Nacional en 1961 en lo que respecta a su torre y portada occidental, la iglesia de San Vicente representa un testimonio excepcional de la arquitectura medieval zamorana. Además de su relevancia artística, el templo custodia importantes obras de imaginería religiosa y sirve como sede canónica de dos cofradías: la Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias y la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de la Buena Muerte.

Origen histórico y evolución

La construcción de la Iglesia de San Vicente Mártir se remonta a finales del siglo XII o principios del XIII, aunque no se conservan testimonios documentales que aclaren con precisión la fecha exacta de su edificación. Los estudiosos han datado la fábrica del templo mediante el análisis estilístico de sus elementos arquitectónicos, situándola en el periodo de máximo esplendor del románico zamorano. La torre, elemento más distintivo del conjunto, se considera aún posterior, probablemente de transición entre los estilos románico y gótico.

El templo fue erigido dedicado a San Vicente Mártir, el diácono y mártir zaragozano que sufrió martirio durante la persecución de Diocleciano en el siglo IV. Esta advocación refleja la profunda devoción que existía en la España medieval hacia los primeros mártires cristianos de la península ibérica.

La iglesia se levantó extramuros del primer recinto amurallado de Zamora, formando parte del primer ensanche medieval de la ciudad, en las proximidades de la desaparecida Puerta Nueva. Esta ubicación estratégica, cercana a la Plaza Mayor y al actual Teatro Principal, convirtió al templo en uno de los centros neurálgicos de la vida religiosa y social del arrabal zamorano.

A lo largo de los siglos, el edificio ha sufrido importantes transformaciones que han modificado sustancialmente su estructura original. La iglesia primitiva contaba con planta basilical de tres naves de cuatro tramos cada una, sin embargo, las reformas llevadas a cabo en el siglo XVIII alteraron profundamente esta disposición. En 1779, el arquitecto Pedro Castellote sustituyó los tres ábsides románicos originales por la cabecera actual, confiriendo al presbiterio un aspecto más acorde con los gustos estéticos del momento.

El interior del templo es mayoritariamente del siglo XVII, coronado por un chapitel del siglo XVIII que remata la torre. A pesar de estas intervenciones, se conservan elementos originales de gran valor: los muros norte, oeste y sur con sus respectivas portadas románicas, así como la torre completa, que ha llegado hasta nuestros días prácticamente intacta.

Durante las excavaciones arqueológicas realizadas en un solar adyacente a la cercana Casa de los Momos, pudo localizarse la necrópolis medieval vinculada al templo, testimonio de su importancia como centro parroquial durante la Edad Media.

En 1698 se finalizó la construcción de la Capilla de Nuestra Madre de las Angustias, adosada al muro norte del templo. Esta capilla, decorada con exquisitas yeserías barrocas, se convirtió en el espacio devocional de la cofradía más antigua de Zamora y conserva en su fachada los escudos identificativos de la hermandad.

Información práctica

Ubicación y acceso al templo

La Iglesia de San Vicente Mártir se encuentra situada en la Plazuela del Fresco, número 2, en el código postal 49004 de Zamora. Su privilegiada ubicación en el casco histórico de la ciudad, a escasos metros de la Plaza Mayor, la convierte en parada imprescindible para quienes realizan la ruta del románico zamorano.

El templo se halla actualmente rodeado y prácticamente embebido entre las edificaciones circundantes, lo que dificulta obtener una perspectiva completa de su exterior. No obstante, la torre románica emerge majestuosa por encima de los tejados del entorno, siendo visible desde diversos puntos del centro histórico y constituyendo uno de los perfiles arquitectónicos más característicos del skyline zamorano.

El acceso principal se realiza por la portada occidental, que conserva su estructura románica original con arquivoltas decoradas con motivos vegetales. Esta portada, junto con la torre, fueron los elementos que merecieron la declaración de Monumento Nacional en 1961.

Horarios de apertura y visitas turísticas

El templo mantiene dos horarios diferenciados según la temporada del año, facilitando tanto la práctica religiosa como las visitas de carácter cultural y turístico:

Horario de invierno (del 1 de octubre al 1 de marzo):

  • De martes a domingo: de 10:00 a 14:00 horas y de 16:30 a 18:30 horas
  • Lunes: cerrado

Horario de verano (del 1 de marzo al 30 de septiembre):

  • De martes a domingo: de 10:00 a 13:00 horas y de 17:00 a 20:00 horas
  • Lunes: cerrado

Es importante tener en cuenta que estos horarios pueden verse alterados durante las festividades religiosas, especialmente en Semana Santa, cuando el templo se convierte en centro neurálgico de las procesiones de dos cofradías. Durante estos días, se recomienda consultar previamente los horarios de apertura para planificar adecuadamente la visita.

La entrada al templo permite contemplar su rico patrimonio artístico, incluyendo los retablos barrocos, la imaginería procesional y elementos arquitectónicos de gran valor histórico como el célebre púlpito de piedra del siglo XVII.

Características artísticas

La Iglesia de San Vicente Mártir constituye un compendio de diferentes épocas y estilos artísticos, donde el románico original convive con importantes aportaciones barrocas y neoclásicas. A pesar de las transformaciones sufridas a lo largo de los siglos, el templo conserva elementos de extraordinario valor patrimonial que justifican plenamente su visita.

La torre: símbolo del románico zamorano

Sin lugar a dudas, el elemento más destacado del conjunto es su torre campanario, descrita por el historiador Manuel Gómez-Moreno como «la más airosa y completa de Zamora», y calificada por el poeta leonés Antonio Gamoneda como «la más noble torre románica de Zamora». Esta estructura, que rivaliza en belleza únicamente con la torre del cimborrio de la Catedral, se ha convertido en uno de los iconos arquitectónicos de la ciudad.

La torre, que tomó como modelo e imita en sus trazas a la de la Catedral zamorana, presenta una mezcla armoniosa de elementos románicos en sus cuerpos inferiores y rasgos más góticos en los superiores, similares a los que pueden observarse en las torres de San Cipriano y San Leonardo. Su esbelta silueta se remata con un chapitel cubierto de pizarra del siglo XVIII, sobre el que se ensarta una afilada aguja octogonal que confiere al conjunto un aspecto particularmente elegante.

La torre mantiene varias ventanas románicas que aún conservan restos de la policromía original, testimonio excepcional de cómo estos elementos arquitectónicos presentaban originalmente colorido, aspecto que resulta difícil de imaginar en la actualidad cuando observamos la piedra desnuda de la mayoría de construcciones románicas.

Las portadas románicas

De la construcción original se conservan tres portadas románicas en los muros norte, oeste y sur, aunque la más destacada es sin duda la portada occidental. Esta presenta arquivoltas decoradas con labor vegetal de carácter rudo pero expresivo, que recuerda a la decoración presente en la portada meridional de la iglesia de Santa María Magdalena.

Estas portadas, pese al desgaste provocado por el paso del tiempo y las inclemencias meteorológicas, mantienen la estructura característica del románico zamorano, con sus arquivoltas de medio punto que descansan sobre columnas con capiteles decorados.

El retablo mayor

El retablo mayor del templo fue realizado en 1805 por Pedro Castellote, el mismo arquitecto que transformó la cabecera de la iglesia. Esta obra neoclásica preside el presbiterio y constituye un conjunto de notable factura artística.

En el camarín central del retablo se venera la imagen de la Virgen de la Concha, patrona de la ciudad de Zamora. Esta advocación mariana goza de profunda devoción entre los zamoranos, quienes acuden al templo para rendir homenaje a su patrona en las fechas señaladas del calendario litúrgico.

Flanqueando el camarín central y enmarcadas por columnas, se encuentran las esculturas de San José a la izquierda y San Antonio de Padua a la derecha. Ambas imágenes fueron talladas en la misma época del retablo por el escultor benaventano Alejandro Gamallo, artista local que dejó su impronta en diversos templos de la provincia zamorana.

En la parte superior del retablo se sitúa la imagen del titular del templo, San Vicente Mártir, representado con los atributos iconográficos propios del santo diácono de Zaragoza.

El retablo de Santa Teresa

A los pies del templo se conserva otro retablo barroco de gran interés, obra del entallador Juan González y el estofador Cristóbal Ruiz de la Talaya. Este conjunto presenta ocho relieves en el banco, otro en el ático, y alberga la escultura de bulto redondo de Santa Teresa de Jesús.

La imagen de la santa abulense fue esculpida por Andrés de Solanes, discípulo directo de Gregorio Fernández, uno de los maestros cumbre de la imaginería barroca castellana. Solanes siguió para esta obra el modelo que su maestro realizó para el convento del Carmen Calzado de Valladolid, adaptándolo al espacio de San Vicente.

Capilla de Nuestra Madre de las Angustias

Adosada al muro norte del templo se encuentra la Capilla de Nuestra Madre de las Angustias, finalizada en 1698 y que constituye uno de los espacios más emotivos del conjunto. El techo de la capilla luce espléndidas yeserías barrocas que crean un ambiente recogido y propicio para la devoción.

En esta capilla se custodia la imagen titular de la Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias, una Dolorosa tallada en 1879 por el escultor zamorano Ramón Álvarez. Esta imagen sustituyó a la original medieval, que actualmente se conserva en la iglesia parroquial de San Félix del municipio zamorano de El Perdigón.

La capilla alberga también otras imágenes de gran devoción, como la Santísima Virgen de las Espadas, talla anónima sin datar que forma parte del patrimonio procesional de la cofradía, y el Santo Cristo de la Misericordia, imagen anónima del siglo XVI.

El Cristo de la Buena Muerte

Antes de acceder a la capilla mayor, en un lateral del templo, se encuentra el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, imagen titular de la hermandad del mismo nombre que procesiona en la medianoche del Lunes Santo.

Esta imagen crucificada, cuya primera referencia documental data de 1855, fue trasladada a la iglesia de San Vicente en 1945. La autoría de la obra no es concluyente, aunque se atribuye a los escultores Gaspar Becerra o Ruiz de Zumeta. La talla ha sido restaurada en varias ocasiones debido a su deterioro, pero mantiene la intensidad expresiva característica de la imaginería pasionista.

Una particularidad de esta imagen es que durante la procesión no se porta sobre una mesa tradicional, sino en unas andas sencillas inclinadas entre 30 y 35 grados, diseñadas para ser llevadas por ocho hermanos. Esta disposición permite que el Cristo procesione con una inclinación que intensifica su dramatismo.

El púlpito histórico

Entre los elementos singulares del templo destaca su púlpito de piedra del siglo XVII, decorado con un águila de alas desplegadas en la taza. La tradición oral afirma que desde este púlpito predicó San Vicente Ferrer durante su visita a Zamora en 1412, episodio que habría dado origen a la fundación de la Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias.

Este elemento litúrgico, además de su valor artístico, constituye un testimonio tangible de la importancia que tuvo el templo como centro de predicación durante siglos, cuando los sermones desde el púlpito constituían uno de los momentos centrales de la liturgia dominical.

Las marcas de cantero

Los estudiosos de la arquitectura medieval han identificado en los muros del templo hasta 23 signos de cantero de 9 tipos diferentes, todos ellos de diseño sencillo de 2 a 3 trazos con predominio de trazo recto y perfil rústico. El análisis de estas marcas ha permitido identificar tres logias de canteros que trabajaron en la fachada oeste, siendo estos signos típicos de la etapa constructiva del siglo XII y similares a los identificados en el castillo y murallas medievales de Zamora.

Celebraciones litúrgicas y vida religiosa

La Iglesia de San Vicente Mártir mantiene una intensa actividad pastoral como parroquia de la Unidad Pastoral El Buen Pastor, perteneciente al arciprestazgo de Zamora-ciudad dentro de la Diócesis de Zamora. El templo no solo constituye un monumento histórico-artístico, sino que es ante todo un espacio vivo de celebración y encuentro para la comunidad cristiana.

Horarios de misas

El templo celebra la Eucaristía con la siguiente regularidad, permitiendo a fieles y visitantes participar en la liturgia:

Días laborables:

  • 12:00 horas
  • 20:00 horas

Sábados y vísperas de festivos:

  • 20:00 horas

Domingos y festivos:

  • 12:00 horas
  • 13:30 horas
  • 20:00 horas

Este horario de celebraciones permite una amplia flexibilidad para que tanto los feligreses habituales como los visitantes puedan asistir a la Santa Misa, independientemente de sus horarios y obligaciones.

Festividades destacadas

A lo largo del año litúrgico, la parroquia de San Vicente celebra diversas festividades con especial solemnidad. La fiesta del titular del templo, San Vicente Mártir, se conmemora el 22 de enero, día en que la liturgia católica recuerda el martirio del diácono zaragozano. En esta jornada se celebran misas solemnes y actos especiales en honor del santo patrón.

La devoción a la Virgen de la Concha, patrona de Zamora, tiene momentos culminantes en las fechas dedicadas a esta advocación mariana. El 8 de septiembre, festividad de la Natividad de la Virgen, se organizan celebraciones especiales en el templo, congregando a numerosos devotos que acuden a venerar a la patrona de la ciudad.

La Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias organiza durante el año diversos actos de culto, entre los que destaca un Solemne Quinario en honor de su titular. Estos actos preparan espiritualmente a los cofrades para la Semana Santa y mantienen viva la devoción a la Dolorosa durante todo el año.

Por su parte, la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de la Buena Muerte celebra un Solemne Triduo en la tercera semana de Cuaresma, además de un Vía Crucis previo a su procesión de Lunes Santo, actos que reflejan el carácter penitencial de esta hermandad.

La Semana Santa en San Vicente

Sin duda, el momento más intenso en la vida religiosa del templo tiene lugar durante la Semana Santa, periodo en el que la iglesia se convierte en el epicentro de la actividad de dos importantes cofradías zamoranas.

En la madrugada del Lunes Santo, a las 00:00 horas, tiene lugar la procesión de la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de la Buena Muerte. Esta procesión, considerada una de las más austeras de la Semana Santa zamorana, congrega a unos 350 cofrades vestidos con túnicas blancas que recuerdan a los monjes representados en los murales del Monasterio de la Rábida. La procesión, que acompaña únicamente a la imagen del Cristo de la Buena Muerte, recorre las calles estrechas del casco histórico en un ambiente de profundo recogimiento. El momento más emotivo tiene lugar en la Plaza de Santa Lucía, donde el coro de la hermandad entona el «Jerusalem, Jerusalem» en honor del Crucificado.

El Viernes Santo, a las 23:00 horas, sale a la calle la procesión de la Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias, una de las cinco procesiones históricas de Zamora que se celebra desde al menos el siglo XVII. Esta procesión, según la tradición, fue alentada por la presencia de San Vicente Ferrer en Zamora en 1412, aunque la documentación fehaciente de la cofradía data de 1585.

La procesión de las Angustias, que cuenta con cerca de 5.000 hermanos, acompaña tres pasos: Nuestra Madre de las Angustias (obra de Ramón Álvarez de 1879), el Santo Cristo de la Misericordia (anónimo del siglo XVI) y la Santísima Virgen de las Espadas (anónima sin datar). Los cofrades visten túnica de estameña blanca, caperuza de terciopelo negro, con cíngulo negro y decenario portando hachón. Las mujeres que lo desean pueden desfilar simplemente de luto riguroso.

El recorrido culmina con uno de los momentos más emotivos de la Semana Santa zamorana: el regreso a San Vicente pasando por la Plaza Mayor, donde se realiza una estación en la que se reza la Corona Dolorosa y el coro entona el Stabat Mater y la Salve Popular en honor de Nuestra Madre de las Angustias. Este momento, cargado de emoción y fervor, congrega cada año a miles de zamoranos y visitantes que participan en el canto a la Virgen Dolorosa.

Curiosidades singulares

La Iglesia de San Vicente Mártir atesora numerosas anécdotas y particularidades que enriquecen su ya de por sí interesante historia y la convierten en un templo único dentro del panorama religioso zamorano.

La predicación de San Vicente Ferrer: Una de las tradiciones más arraigadas en el templo afirma que el santo dominico valenciano San Vicente Ferrer predicó desde el púlpito de piedra durante su estancia en Zamora en 1412. Este fraile, famoso por sus encendidas predicaciones apocalípticas que recorrían Europa anunciando el Juicio Final, habría impulsado la devoción a la Virgen de las Angustias en Zamora, dando origen a la cofradía. Aunque no existen documentos que acrediten fehacientemente este episodio, la tradición se mantiene viva entre los cofrades y devotos.

El título Real: En noviembre de 2018, la Casa Real de Su Majestad el Rey Felipe VI comunicó la concesión del título de «Real» a la Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias, un reconocimiento que se incorporó de forma automática a la denominación oficial de la hermandad en todas las normas, escritos y publicaciones. Este honor sitúa a la cofradía zamorana entre las hermandades distinguidas con este título en España.

La Coronación Canónica: El 20 de septiembre de 2014, la imagen de Nuestra Madre de las Angustias fue coronada canónicamente en un solemne acto celebrado en la Catedral de Zamora. La ceremonia fue presidida por el entonces obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, y contó con la presencia de numerosos sacerdotes, autoridades y miembros de otras cofradías. Las coronas, de oro y pedrería, fueron bendecidas y colocadas sobre la imagen ante miles de fieles que abarrotaron el templo catedralicio.

Una imagen viajera: La imagen original de la Virgen de las Angustias, anterior a la actual obra de Ramón Álvarez, se conserva actualmente en la iglesia parroquial de San Félix del municipio zamorano de El Perdigón. Esta talla medieval fue trasladada al pueblo en circunstancias no del todo claras, aunque se mantiene la devoción hacia ella entre los habitantes de la localidad.

El edificio invisible: A pesar de su monumentalidad, la iglesia de San Vicente es uno de los templos más difíciles de contemplar en su totalidad en Zamora. El templo se encuentra prácticamente embebido entre las construcciones circundantes, lo que impide obtener una perspectiva completa de su exterior. Solo la torre emerge victoriosa por encima de los tejados del entorno, siendo visible desde múltiples puntos de la ciudad. Esta situación, lejos de restar mérito al conjunto, añade un toque de misterio al templo, que hay que descubrir recorriendo las estrechas callejas del casco histórico.

La necrópolis medieval: Durante las excavaciones arqueológicas realizadas en las inmediaciones del templo, concretamente en un solar junto a la Casa de los Momos, apareció la necrópolis medieval asociada a San Vicente. Los hallazgos permitieron documentar la importancia del templo durante la Edad Media como centro parroquial del arrabal zamorano y aportaron valiosa información sobre los ritos funerarios y la población de la época.

Un modelo para otras torres: La torre de San Vicente sirvió de inspiración para otras construcciones posteriores en la ciudad. Su diseño, que tomó como referencia la torre del cimborrio de la Catedral, se convirtió a su vez en modelo para artesanos y constructores que trabajaron en otros templos zamoranos, contribuyendo así a crear el característico perfil de torres esbeltas que define el skyline del románico zamorano.

La procesión más antigua: Aunque existen dudas sobre la exacta fundación de la Cofradía de las Angustias, la tradición que la sitúa en 1412 la convertiría en la hermandad más antigua de Zamora, incluso anterior a la documentada Cofradía de la Vera Cruz. Esta antigüedad, unida a su arraigo popular, explica los casi 5.000 hermanos con que cuenta la cofradía en la actualidad.

Dos cofradías, dos estilos: Resulta llamativo que en un mismo templo tengan su sede dos cofradías con estilos procesionales tan diferentes. Mientras la Real Cofradía de las Angustias representa el fervor popular multitudinario con miles de cofrades y el acompañamiento de bandas de música, la Hermandad del Cristo de la Buena Muerte encarna la austeridad y el recogimiento monacal, con apenas 350 cofrades que procesionan en silencio acompañados únicamente por el canto del coro. Esta dualidad refleja la riqueza y diversidad de la Semana Santa zamorana.

Preguntas habituales

¿Cuál es el horario de misas en la Iglesia de San Vicente?

El templo celebra misas a diario a las 12:00 y 20:00 horas. Los domingos y festivos hay tres celebraciones: 12:00, 13:30 y 20:00 horas. Los sábados y vísperas de festivos se celebra misa a las 20:00 horas.

¿Se puede visitar la iglesia como turista?

Sí, la Iglesia de San Vicente Mártir está abierta al público para visitas turísticas. En invierno (octubre-marzo) abre de martes a domingo de 10:00 a 14:00 y de 16:30 a 18:30 horas. En verano (marzo-septiembre) el horario es de 10:00 a 13:00 y de 17:00 a 20:00 horas. Los lunes permanece cerrada.

¿Qué cofradías tienen su sede en San Vicente?

El templo es sede canónica de dos cofradías: la Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias, que procesiona el Viernes Santo por la noche, y la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, que sale en procesión la madrugada del Lunes Santo.

¿Por qué es famosa la torre de San Vicente?

La torre de San Vicente es considerada la más airosa y esbelta del románico zamorano después de la Catedral. Fue declarada Monumento Nacional en 1961 junto con la portada occidental y destaca por su armoniosa mezcla de elementos románicos y góticos, rematada por un elegante chapitel del siglo XVIII.

¿Qué imágenes importantes se conservan en el templo?

La iglesia custodia varias imágenes de gran valor: la Virgen de la Concha (patrona de Zamora) en el camarín del altar mayor, Nuestra Madre de las Angustias (obra de Ramón Álvarez de 1879), el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, la Virgen de las Espadas y el Santo Cristo de la Misericordia, entre otras.

¿Está la iglesia cerca de la Plaza Mayor?

Sí, la Iglesia de San Vicente se encuentra ubicada en la Plazuela del Fresco, a escasos metros de la Plaza Mayor de Zamora, en pleno corazón del casco histórico. Su proximidad al Ayuntamiento y al Teatro Principal la convierte en un punto de referencia del centro urbano.

¿Predicó realmente San Vicente Ferrer desde su púlpito?

La tradición afirma que San Vicente Ferrer predicó desde el púlpito de piedra del siglo XVII durante su visita a Zamora en 1412. Aunque no existe documentación que lo acredite de forma fehaciente, esta tradición se mantiene viva y habría dado origen a la fundación de la Cofradía de las Angustias.

¿Cuándo se construyó la iglesia?

La Iglesia de San Vicente Mártir fue edificada a finales del siglo XII o principios del XIII, según indican los análisis estilísticos de sus elementos arquitectónicos. La torre es ligeramente posterior, datándose en el periodo de transición entre el románico y el gótico.

¿Se puede acceder a la Capilla de las Angustias?

Sí, durante los horarios de apertura del templo es posible visitar la Capilla de Nuestra Madre de las Angustias, situada adosada al muro norte de la iglesia. Esta capilla barroca, finalizada en 1698, alberga la imagen titular de la cofradía y destaca por sus hermosas yeserías en el techo.

¿Hay aparcamiento cerca del templo?

Al estar situada en pleno casco histórico, el aparcamiento en las inmediaciones inmediatas es limitado. Se recomienda utilizar los parkings públicos del centro de Zamora o dejar el vehículo en las zonas de aparcamiento gratuito en los alrededores del casco antiguo y acceder a pie, disfrutando así del paseo por las calles medievales de la ciudad.

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