Iglesia de San Esteban

La Iglesia de San Esteban, conocida popularmente entre los zamoranos como «Los Padres», constituye uno de los ejemplos más representativos del románico tardío o avanzado de la ciudad de Zamora. Situada estratégicamente en la plaza que lleva su nombre, entre los históricos barrios de San Torcaz, del Burgo y de la Lana, este templo del siglo XII ha desempeñado a lo largo de su historia diversos papeles que trascienden su función meramente religiosa, convirtiéndose en un verdadero testigo de la evolución social, cultural y artística de Zamora.

Fachada de la iglesia de San Esteban en Zamora
Fachada de la iglesia de San Esteban (Zamora). Foto de Jl FilpoC, Wikimedia Commons, licencia CC BY-SA 4.0.

Declarada Bien de Interés Cultural en 1998, la iglesia de San Esteban representa una pieza fundamental dentro del patrimonio románico zamorano. Su estructura exterior, prácticamente intacta desde época medieval, contrasta con un interior completamente transformado en el siglo XVIII siguiendo los cánones del barroco. Este edificio ha sido sucesivamente parroquia, monasterio, sede histórica de la Real Cofradía del Santo Entierro, capilla del Colegio del Corazón de María y, más recientemente, espacio museístico dedicado al escultor zamorano Baltasar Lobo.

Orígenes medievales

Los orígenes de la Iglesia de San Esteban se remontan a finales del siglo XII, extendiéndose su construcción hasta bien entrado el siglo XIII. La primera referencia documental del templo data de 1186, cuando el obispo Guillermo cedió la iglesia monasterial al fray García, con la condición expresa de no enajenarla y de que la comunidad religiosa permaneciera perpetuamente en el lugar. Esta cesión evidencia que San Esteban estaba vinculada desde sus inicios a un monasterio, aunque del cenobio original no ha quedado vestigio alguno, conservándose únicamente el templo.

El templo se erigió en el interior del segundo recinto amurallado de la ciudad medieval, en una zona que experimentaba por entonces un notable desarrollo urbano. Su ubicación estratégica, en el cruce de caminos entre diferentes barrios, favoreció que se convirtiera en un importante centro de vida religiosa y social durante la Edad Media.

La iglesia primitiva respondía a la tipología característica del románico zamorano de transición. Se trataba de un edificio de planta basilical de tres naves de cuatro tramos cada una, separadas por grandes arcos y reforzadas al exterior mediante potentes contrafuertes. La cabecera original constaba de tres ábsides rectangulares o de testeros planos, siendo el central más ancho y prominente que los laterales, solución arquitectónica que puede observarse igualmente en la cercana iglesia de Santiago del Burgo, con la que San Esteban presenta numerosas similitudes estilísticas.

El templo fue realizado íntegramente en sillería caliza, material característico de la arquitectura románica zamorana, que confiere al edificio su aspecto pétreo y macizo tan característico. Los estudiosos del arte medieval han identificado en sus muros numerosas marcas de cantero, signos que permiten rastrear las diferentes logias o cuadrillas de artesanos que trabajaron en su construcción y que vinculan su fábrica con otros edificios románicos de la ciudad.

Durante la segunda mitad del siglo XVIII, concretamente a partir de 1768, el templo sufrió una profunda transformación interior que alteró sustancialmente su fisonomía original. Según proyecto del arquitecto Francisco Castellote, las tres naves románicas fueron unificadas en una sola, mucho más amplia, que se techó con bóvedas de lunetos decoradas con aparentes yeserías de estilo barroco. Esta remodelación respetó, no obstante, las responsiones de los pilares y los cuatro tramos primitivos, dejando visibles los fajones apuntados de la obra del siglo XIII, testigos silenciosos de la estructura medieval que subyace bajo el revestimiento dieciochesco.

En 1905 se añadió la espadaña del hastial occidental, construida en ladrillo procedente de un tejar de Paredes de Nava (Palencia), con impostas pétreas. Esta torre campanario de principios del siglo XX, aunque tardía, se ha integrado perfectamente en el conjunto y constituye uno de los elementos más visibles del perfil arquitectónico del templo.

A lo largo del siglo XX, la iglesia experimentó diversos cambios de uso. Fue donada en 1905 a los Padres Claretianos, de ahí su apodo popular de «Los Padres», permaneciendo abierta al culto hasta 1986. Tras su desacralización, el edificio fue cedido en 1997 al Ayuntamiento de Zamora, quien, en colaboración con el Patronato Baltasar Lobo, lo destinó a albergar un museo provisional dedicado al escultor zamorano. A finales del siglo XX se acometió una importante rehabilitación y restauración del conjunto, que permitió recuperar y poner en valor sus elementos arquitectónicos medievales y preservar el edificio para las generaciones futuras.

Información útil

Localización y contexto urbano

La Iglesia de San Esteban se encuentra situada en la Plaza de San Esteban, en pleno casco histórico de Zamora. Su ubicación, en el corazón de uno de los barrios más antiguos de la ciudad, la convierte en parada obligada para quienes realizan la ruta del románico zamorano o pasean por las calles medievales de la capital.

El templo se encuentra a escasa distancia de otros monumentos relevantes como la iglesia de Santiago del Burgo, con la que comparte numerosas similitudes arquitectónicas, y no lejos de la Plaza Mayor. Esta privilegiada localización permite combinar la visita a San Esteban con un recorrido más amplio por el patrimonio histórico-artístico de la ciudad.

El entorno de la plaza de San Esteban conserva el trazado urbano medieval, con callejuelas estrechas y plazuelas recogidas que invitan al paseo pausado. Los barrios de San Torcaz, del Burgo y de la Lana, entre los que se sitúa el templo, fueron durante siglos el corazón productivo de Zamora, especialmente vinculado a la industria textil y sedera, actividad económica que precisamente dio origen a la Cofradía del Santo Entierro.

Horarios y condiciones de visita

Es importante señalar que la Iglesia de San Esteban se encuentra actualmente desacralizada, es decir, no mantiene culto religioso regular. Por tanto, no se celebran misas ni actos litúrgicos en el templo desde su cesión al Ayuntamiento en 1997.

El edificio tuvo uso museístico como sede provisional del Museo Baltasar Lobo entre 1996 y 2009, periodo durante el cual permaneció abierto al público con horarios regulares. Los horarios que llegaron a establecerse fueron:

Lunes y jueves: 11:00, 12:00 y 13:00 horas
Viernes y sábados: 11:00, 12:00, 13:00, 16:30 y 17:30 horas
Domingos y festivos: 12:00 y 13:00 horas

Tras el traslado del Museo Baltasar Lobo a su sede definitiva en la Casa de los Gigantes junto al Castillo de Zamora en 2009, el templo de San Esteban ha tenido un uso más limitado. Actualmente, la iglesia permanece cerrada habitualmente al público, abriéndose ocasionalmente para exposiciones temporales, eventos culturales o visitas concertadas durante determinadas épocas del año.

Se recomienda a los visitantes interesados en conocer el interior del templo que consulten previamente con la Oficina de Turismo de Zamora sobre la posibilidad de acceso y los horarios disponibles, especialmente si visitan la ciudad fuera de los periodos de máxima afluencia turística.

Arquitectura románica

La Iglesia de San Esteban constituye un magnífico ejemplo del románico zamorano en su etapa de transición hacia el gótico. Aunque su interior fue completamente transformado en el siglo XVIII, el exterior del templo conserva prácticamente intacta su fábrica medieval, permitiendo apreciar las características propias de la arquitectura románica tardía.

Estructura y planta del edificio

El edificio presenta en la actualidad una planta de una sola nave rectangular de cuatro tramos con presbiterio recto y triple cabecera plana, manteniendo la orientación litúrgica tradicional este-oeste. Esta configuración es el resultado de la reforma dieciochesca, que unificó las tres naves originales en un único espacio diáfano.

Los cuatro tramos de la nave están marcados exteriormente por los grandes contrafuertes que caracterizan la silueta del templo. Estos elementos estructurales, necesarios para contrarrestar el empuje de las bóvedas interiores, dividen rítmicamente los muros y confieren al conjunto una sensación de solidez y estabilidad.

La cabecera triple, aunque reformada interiormente, sobresale ligeramente al exterior, siendo el ábside central más prominente que los laterales. Los tres testeros planos se abren al interior mediante arcos de medio punto y conservan ventanas con arcos semicirculares que proporcionan iluminación natural al presbiterio.

Las portadas románicas

La Iglesia de San Esteban dispone de tres accesos, siendo las dos portadas románicas originales los elementos de mayor interés artístico del exterior del templo. El acceso principal se realiza por el pórtico de la fachada norte.

La portada meridional o sur es la más monumental y elaborada del conjunto. Presenta estructura de medio punto con triple arquivolta formada por boceles y medias cañas que descansan sobre columnas con capiteles decorados con motivos vegetales de factura exquisita. Estos capiteles muestran temas fitomorfos característicos del románico final, con hojas carnosas, piñas y elementos de flora estilizada tallados con considerable maestría.

Esta portada sur estuvo originalmente precedida por un atrio porticado que ocupaba casi todo el paramento meridional. Este pórtico, sostenido por canes lisos, proporcionaba un espacio de tránsito cubierto entre el exterior y el interior del templo, solución arquitectónica frecuente en las iglesias parroquiales medievales. Aunque el atrio no se conserva en la actualidad, pueden apreciarse los mechinales y las huellas de su antigua existencia en el muro.

Al lado norte se abre otra portadilla más sencilla, de factura más austera, ornada con arquivoltas lisas sin decoración escultórica. Esta portada secundaria servía probablemente como acceso para uso cotidiano de los feligreses, reservándose la portada sur para las ocasiones solemnes.

Existe además un tercer acceso en la fachada oeste, de época moderna, que rompe con la simetría medieval del conjunto pero facilita el acceso actual al edificio.

Elementos decorativos del exterior

Los muros exteriores de San Esteban presentan diversos elementos decorativos característicos del románico zamorano. Los canecillos que sostienen las cornisas muestran una variedad de motivos, desde diseños geométricos sencillos hasta representaciones más elaboradas. Las cornisas presentan decoración de ajedrezado y otros motivos repetitivos propios del estilo.

Particularmente llamativas son las acroteras que rematan algunos de los contrafuertes, elementos verticales de función decorativa que se alzan por encima de la línea de la cornisa. Estas acroteras, similares a las que pueden observarse en Santiago del Burgo, constituyen una seña de identidad del románico zamorano y aportan verticalidad y dinamismo al conjunto.

El ventanal del ábside central merece mención especial por su elegancia. Se trata de una ventana de medio punto que se abre entre dos columnas con capiteles, flanqueada por doble arquivolta. Esta solución, sencilla pero efectiva, proporciona luz natural al altar mayor y constituye un motivo ornamental de gran belleza en el exterior del templo.

El interior barroco

El interior de la Iglesia de San Esteban presenta un aspecto completamente diferente al exterior románico. La reforma realizada por Francisco Castellote a partir de 1768 transformó el espacio medieval en un ámbito típicamente barroco, caracterizado por la teatralidad, el movimiento y la profusión decorativa.

Las bóvedas de lunetos que techan la nave única crean un espacio diáfano y luminoso, muy diferente a la compartimentación de las tres naves originales. Estas bóvedas se decoran con aparentes yeserías barrocas de gran virtuosismo técnico, con motivos vegetales, rocallas y elementos ornamentales propios del estilo rococó final.

Las capillas laterales, correspondientes a las antiguas naves colaterales interceptadas, se cubren con bóvedas de cañón y presentan arcos torales apuntados que delatan su fábrica medieval. En estas capillas laterales se conservan algunos elementos de interés, aunque el templo, al estar desacralizado, no mantiene ya los retablos ni la imaginería religiosa que poseyó durante siglos.

Las responsiones de los pilares originales, que distribuían antiguamente en cuatro tramos el cuerpo de la iglesia, apoyan hoy perpiaños agudos que se extienden a todo lo ancho de la nave. La decoración de estos elementos confirma que la reforma se ejecutó en el siglo XVIII, cuando el gusto barroco imponía soluciones espaciales y ornamentales muy alejadas de la sobriedad románica.

Sede histórica

La Iglesia de San Esteban está indisolublemente ligada a la historia de la Real Cofradía del Santo Entierro, una de las hermandades más antiguas y venerables de la Semana Santa zamorana, que tiene en este templo su sede canónica histórica.

Fundación y carácter gremial

La Real Cofradía del Santo Entierro fue fundada en el año 1593 con la finalidad de dar culto a la Pasión y Muerte de Cristo, realizando su primera salida procesional al año siguiente, en la tarde del Viernes Santo de 1594. Sin embargo, existen indicios de que desde mediados del siglo XVI ya se celebraban en la parroquia de San Esteban funciones litúrgicas relacionadas con el Entierro de Cristo, lo que sugiere que la cofradía pudo tener antecedentes previos a su fundación oficial.

Lo que hace absolutamente singular a esta cofradía es su origen gremial, siendo la única de las hermandades de Semana Santa zamoranas que nació vinculada a un oficio concreto. Sus fundadores y promotores fueron el gremio de sederos de Zamora, artesanos especializados en el trabajo de la seda que por entonces constituían uno de los sectores productivos más importantes de la ciudad.

El carácter gremial de la cofradía se manifestaba en requisitos muy estrictos para el ingreso en la hermandad. Hasta el año 1626, para entrar en la Cofradía del Santo Entierro era obligatorio pasar un examen de oficio en el telar en presencia de tres maestros sederos, acreditando así la pericia profesional del aspirante. Esta peculiaridad confería a la hermandad un perfil muy distinto al de las demás cofradías zamoranas, más abiertas en su composición social.

La sede natural de la cofradía fue precisamente la Iglesia de San Esteban, situada en la zona de la ciudad donde se concentraban los talleres y obradores de los sederos. El barrio de San Esteban era, por tanto, el corazón de la industria textil zamorana, lo que explica la vinculación entre el gremio y el templo parroquial.

El carácter gremial inicial hizo que externamente la Cofradía del Santo Entierro fuera bastante distinta a las demás hermandades. Sus miembros nunca se disciplinaron en público ni usaron un hábito específico para desfilar hasta época muy tardía. Además, el itinerario procesional no se dirigía a la Catedral, como era norma en otras cofradías, sino que discurría principalmente por el barrio de los sederos.

Crisis y transformaciones

La crisis de la industria textil sedera que afectó a Zamora en el primer tercio del siglo XVII tuvo graves consecuencias para la cofradía. El número de hermanos, que había llegado a ser de 72, se vio reducido a apenas 35 en 1626, lo que obligó a realizar una profunda reforma de los estatutos.

En esa reforma de 1626 se decidió la entrada en la hermandad de todo tipo de cofrades, no solo sederos, aunque estos siguieron manteniendo un papel preponderante en la dirección de la cofradía. Esta apertura permitió una sensible mejora de la situación, duplicándose el número de miembros y experimentando un gran incremento de los ingresos, lo que posibilitó la adquisición de nuevas imágenes y la reforma de los grupos escultóricos existentes.

El siglo XVIII llevó a la cofradía a una crisis cada vez más profunda. En 1743 dejaron de rendirse las cuentas y en 1750 puede considerarse que la hermandad quedó prácticamente suprimida, pues solamente quedaban dos miembros y fueron embargados todos sus objetos de valor. No obstante, la procesión nunca dejó de salir a la calle, siendo organizada por la parroquia de San Esteban y sus devotos.

En 1771 se produjo el restablecimiento oficial de la cofradía con un carácter ya eminentemente moderno, con nuevos estatutos y un fuerte cambio en sus aspectos externos. Aunque la falta de propiedades de estos momentos fue un grave problema, paradójicamente sirvió de elemento estabilizador cuando se produjeron las desamortizaciones del siglo XIX, pues, a diferencia de otras muchas cofradías zamoranas que se vieron gravemente afectadas, la del Santo Entierro no sufrió pérdidas patrimoniales al carecer de bienes.

El siglo XX significó un periodo de consolidación y crecimiento. En 1925, S.M. el Rey Alfonso XIII otorgó a la hermandad el título de «Real», distinción que se incorporó a su denominación oficial. La cofradía fue incrementando progresivamente su patrimonio procesional y el número de hermanos, alcanzando en la actualidad aproximadamente 3.400 cofrades, lo que la convierte en una de las hermandades más numerosas de Zamora.

La capilla de la cofradía en San Esteban

Parte de las imágenes procesionales de la cofradía estaban al culto en la capilla del lado de la epístola del ábside de la Iglesia de San Esteban, espacio propiedad de la hermandad. Esta capilla lateral funcionó durante siglos como el lugar de reunión y culto de los cofrades, donde se celebraban los cabildos y las funciones religiosas propias de la hermandad.

La Gaceta de Madrid publicó el 12 de marzo de 1884 la autorización a la Cofradía del Santo Entierro para la realización de una rifa de varias alhajas donadas gratuitamente, con aplicación de sus productos a la reparación de la iglesia de San Esteban. Este documento evidencia el compromiso de la cofradía con el mantenimiento del templo que constituía su sede y casa espiritual.

Traslado al Museo y retorno simbólico

A mediados del siglo XX, la cofradía se desubicó del barrio histórico de los sederos tras la venta de su panera (local donde se guardaban los grupos escultóricos y enseres procesionales). Los pasos fueron trasladados al Museo de Semana Santa de Zamora, desde donde parten actualmente las procesiones.

No obstante, desde la aprobación de sus últimos estatutos, la sede canónica oficial ha vuelto a ser la Iglesia de San Esteban, recuperando así el vínculo histórico con el templo que vio nacer la cofradía hace más de cuatro siglos. Aunque los pasos procesionales y la salida del Viernes Santo se efectúan desde el Museo, San Esteban sigue siendo la casa espiritual y el referente identitario de la hermandad.

En algunos años se ha procedido a trasladar los pasos desde el Museo hasta San Esteban para reiniciar el recorrido procesional antiguo, aunque esta práctica ha quedado suprimida por la complejidad logística que suponen los preparativos del desfile.

La procesión del Viernes Santo

La procesión del Santo Entierro constituye uno de los momentos culminantes de la Semana Santa zamorana. Sale a las 16:30 horas de la tarde del Viernes Santo y es considerada procesión oficial, en la que forman las fuerzas vivas de la ciudad: la corporación municipal, la Guardia Civil, la Policía Nacional, miembros del Ejército de Tierra, del Aire y la Marina, Cuerpo de Bomberos y Protección Civil.

La procesión está compuesta por once pasos que representan distintos momentos de la Pasión de Cristo, más el Santísimo Cristo de las Injurias, crucificado del siglo XVI que pertenece al Cabildo de la Catedral. Los pasos son:

  • La Magdalena – Ángel Marcé (1892)
  • La Conversión del Centurión – Fernando Mayoral (2001)
  • La Lanzada – Ramón Álvarez (1868), uno de los más populares
  • Santísimo Cristo de las Injurias – Anónimo (siglo XVI)
  • El Descendimiento – Ramón Álvarez (1869)
  • La Piedad – Ramón Álvarez (1895)
  • El Descendido – Mariano Benlliure (1879)
  • La Conducción al Sepulcro – Ramón Álvarez (1882)
  • San Juan y Nuestra Señora – Ramón Álvarez (1899)
  • El Retorno del Sepulcro – Ramón Núñez (1927)
  • Santo Entierro (La Urna) – Luis Álvarez Duarte (2001)
  • Virgen de los Clavos – Ramón Álvarez (1887)

El desfile está presidido por el Barandales, figura emblemática que abre la procesión tocando las esquilas desde su creación. Este personaje, que porta un traje singular y hace sonar rítmicamente las campanillas, se ha convertido en uno de los símbolos más reconocibles de la Semana Santa zamorana.

Los hermanos y hermanas de la cofradía visten túnica y caperuz de terciopelo negro, con cíngulo y decenario, hábito que fue introducido en la procesión de 1895 y que simboliza el luto por la muerte de Cristo. Los cofrades portan una vara de madera rematada en un calvario de metal dorado.

Antes del inicio de la procesión se celebra el célebre Sermón del Descendimiento, acto litúrgico-teatral en el que se escenifica el descendimiento de Cristo de la Cruz utilizando una talla articulada, que es desclavada solemnemente y depositada en una urna ante la imagen de la Virgen de los Clavos. Esta representación, pieza del teatro litúrgico heredera de las muchas que se escenificaban en la Edad Media, constituye uno de los momentos más emotivos de la Semana Santa zamorana.

San Esteban y el escultor Baltasar Lobo

Durante más de una década, entre 1996 y 2009, la Iglesia de San Esteban tuvo un uso cultural singular como sede provisional del Museo Baltasar Lobo, dedicado a la obra del escultor zamorano más importante del siglo XX.

Baltasar Lobo Casquero (1910-1993) nació en Cerecinos de Campos, provincia de Zamora, en el seno de una familia humilde. Desde muy joven demostró una extraordinaria habilidad para el dibujo y el modelado. Con doce años entró como aprendiz en el taller del escultor-imaginero Ramón Núñez en Valladolid, iniciándose simultáneamente como modelador en la Escuela de Artes y Oficios.

En 1939, tras la Guerra Civil, Lobo se exilió a París, donde su escultura recibió influencias de Constantin Brancusi, Jean Arp y Henri Laurens. Su obra fue expuesta en la prestigiosa Galerie Vendôme junto a notables artistas como Henri Matisse, Fernand Léger, Maurice Utrillo y Pablo Picasso, alcanzando reconocimiento internacional. Lobo se especializó en esculturas que representaban madres e hijos, desnudos femeninos y centauros, con formas redondeadas y pulidas que evoluciona ron hacia la abstracción cargada de sensualidad.

En 1984, el artista donó a la ciudad de Zamora un conjunto de 32 esculturas y algunos dibujos. Tras su fallecimiento en 1993, la familia decidió donar un importante conjunto adicional de obras (escayolas, bronces, mármoles, mobiliario del taller…) sumando en total unas 700 piezas. El Ayuntamiento de Zamora acondicionó entonces la Iglesia de San Esteban como espacio museístico provisional donde exponer el legado del escultor.

El templo románico resultó ser un marco arquitectónico extraordinario para la escultura contemporánea de Lobo. El contraste entre la sobriedad de la piedra medieval y las formas orgánicas y sensuales de las esculturas creaba un diálogo artístico de gran belleza. Durante más de una década, los visitantes pudieron contemplar las obras del escultor en este espacio singular.

En 2009, el Museo Baltasar Lobo fue trasladado a su sede definitiva en la Casa de los Gigantes, edificio contiguo a la Catedral y al Castillo de Zamora. El legado del escultor fue declarado Bien de Interés Cultural como colección de bienes muebles, reconociéndose así su excepcional valor para el patrimonio cultural de Castilla y León.

Aspectos singulares

La Iglesia de San Esteban atesora numerosas particularidades y anécdotas que enriquecen su ya de por sí interesante historia y la convierten en un edificio singular dentro del panorama del románico zamorano.

El apodo de «Los Padres»: La denominación popular del templo como «Los Padres» proviene de su vinculación con los Padres Claretianos, congregación religiosa a la que fue donada la iglesia en 1905. Los claretianos mantuvieron el templo abierto al culto hasta 1986 y establecieron en sus dependencias anexas el Colegio del Corazón de María. Esta presencia durante más de ochenta años dejó una huella indeleble en la memoria colectiva de los zamoranos, que aún hoy identifican el templo más por el nombre de «Los Padres» que por su advocación original a San Esteban.

Similitudes con Santiago del Burgo: Los estudiosos del arte románico han señalado las numerosas similitudes entre San Esteban y la cercana iglesia de Santiago del Burgo. Ambos templos comparten soluciones arquitectónicas, elementos decorativos como capiteles, canecillos, cornisas y acroteras, e incluso técnicas constructivas. Esta afinidad sugiere que ambos edificios fueron construidos por las mismas cuadrillas de canteros o al menos siguiendo proyectos arquitectónicos muy similares, lo que permite rastrear la existencia de talleres especializados que trabajaron en múltiples obras del románico zamorano.

La espadaña palentina: Resulta curioso que la espadaña de ladrillo añadida en 1905, elemento visible y característico del perfil del templo, fuera construida con material procedente de un tejar de Paredes de Nava, localidad de la provincia de Palencia. Este detalle evidencia las relaciones comerciales y artesanales que existían entre Zamora y otras comarcas castellanas, incluso para elementos constructivos de cierta importancia.

Un templo sin culto pero con sede canónica: La peculiar situación de San Esteban, desacralizada y sin celebraciones litúrgicas desde 1986 pero manteniendo la condición de sede canónica de la Real Cofradía del Santo Entierro, resulta excepcional. Habitualmente, cuando un templo es desacralizado, las cofradías que tenían en él su sede se trasladan a otra iglesia en activo. Sin embargo, en el caso de San Esteban se ha mantenido el vínculo institucional con la cofradía, reconociendo así la importancia histórica de este templo para la hermandad.

El gremio de los sederos: La vinculación de San Esteban con el gremio de sederos zamoranos ofrece una ventana excepcional para conocer la organización económica y social de Zamora en los siglos XVI y XVII. La industria textil sedera, que tuvo en Zamora uno de sus centros productores más importantes de la península ibérica, dejó su huella no solo en edificios civiles y palatinos, sino también en la vida religiosa y cofrade de la ciudad. El barrio de San Esteban fue durante siglos el corazón de esta actividad, con talleres, obradores y tiendas que comerciaban con sedas y terciopelos por toda España.

La rifa de alhajas de 1884: El hecho de que la Cofradía del Santo Entierro organizara en 1884 una rifa de alhajas donadas para financiar reparaciones en la iglesia constituye un ejemplo interesante de las estrategias de recaudación de fondos empleadas por las hermandades religiosas antes de la existencia de subvenciones públicas o sistemas de financiación institucionales. Estas rifas benéficas eran eventos sociales importantes que movilizaban a la comunidad en torno a la conservación de su patrimonio.

El teatro litúrgico del Descendimiento: El Sermón del Descendimiento que precede a la procesión del Viernes Santo constituye uno de los pocos ejemplos que se conservan en España de teatro litúrgico medieval. Estas representaciones, que combinaban liturgia, predicación y dramaturgia, fueron muy populares durante la Edad Media y el Renacimiento, aunque posteriormente muchas fueron suprimidas por la Iglesia. El Descendimiento de Zamora, con su Cristo articulado que es desclavado solemnemente, mantiene viva una tradición escénica de varios siglos de antigüedad.

De monasterio a museo: La transformación de San Esteban refleja las vicisitudes históricas de muchos edificios religiosos españoles. Nacido como iglesia monasterial en el siglo XII, convertido en parroquia, cedido a una congregación religiosa, desacralizado, reconvertido en museo… San Esteban ha sabido adaptarse a las necesidades cambiantes de cada época sin perder su esencia como testigo del pasado medieval de Zamora.

Preguntas habituales

¿Por qué se conoce a la iglesia como «Los Padres»?

La iglesia recibe popularmente el nombre de «Los Padres» porque fue donada en 1905 a los Padres Claretianos, congregación religiosa que mantuvo el templo abierto al culto hasta 1986 y estableció en él un colegio. Este nombre se ha mantenido en el uso popular de los zamoranos.

¿Se puede visitar actualmente la Iglesia de San Esteban?

La iglesia está actualmente desacralizada y permanece cerrada habitualmente al público. Se abre ocasionalmente para exposiciones temporales o eventos culturales. Se recomienda consultar con la Oficina de Turismo de Zamora sobre posibles visitas.

¿Qué relación tiene San Esteban con la Semana Santa de Zamora?

San Esteban es la sede canónica histórica de la Real Cofradía del Santo Entierro, fundada en 1593 y una de las hermandades más antiguas de Zamora. Aunque los pasos procesionales se guardan actualmente en el Museo de Semana Santa, la iglesia mantiene el vínculo institucional con la cofradía.

¿Cuándo fue construido el templo?

La Iglesia de San Esteban fue construida entre finales del siglo XII y el siglo XIII. La primera referencia documental data de 1186, cuando se menciona como iglesia vinculada a un monasterio que el obispo Guillermo cedió a fray García.

¿Por qué el interior es barroco si el exterior es románico?

En 1768, el arquitecto Francisco Castellote realizó una profunda reforma del interior del templo, unificando las tres naves románicas originales en una sola y techándola con bóvedas barrocas decoradas con yeserías. El exterior, sin embargo, se mantuvo prácticamente intacto.

¿Qué fue el Museo Baltasar Lobo en San Esteban?

Entre 1996 y 2009, la iglesia desacralizada albergó el Museo Baltasar Lobo, dedicado al escultor zamorano. En 2009, el museo fue trasladado a su sede definitiva en la Casa de los Gigantes, junto al Castillo de Zamora.

¿Se celebran misas en San Esteban?

No, la iglesia está desacralizada desde 1986, lo que significa que no se celebran misas ni otros actos de culto religioso. El último uso litúrgico del templo fue cuando lo regentaban los Padres Claretianos.

¿Qué significa que una iglesia esté desacralizada?

La desacralización es un acto canónico mediante el cual un edificio deja de ser lugar sagrado dedicado al culto divino. Esto permite que el edificio pueda destinarse a otros usos culturales, museísticos o civiles, aunque se respete su valor histórico y artístico.

¿Qué es la Cofradía del Santo Entierro?

Es una hermandad fundada en 1593 por el gremio de sederos zamoranos para dar culto a la Pasión y Muerte de Cristo. Procesiona el Viernes Santo por la tarde con once pasos y es una de las cofradías más numerosas de Zamora, con unos 3.400 hermanos.

¿Dónde se encuentra ubicada la iglesia?

La Iglesia de San Esteban se sitúa en la plaza del mismo nombre, en el casco histórico de Zamora, entre los barrios de San Torcaz, del Burgo y de la Lana. Está a poca distancia de otros monumentos románicos como Santiago del Burgo.

Recursos y enlaces de utilidad

Templos

Catedral de Zamora

La Catedral de San Salvador de Zamora, conocida como "La Perla del Duero", constituye uno de los testimonios más emblemáticos ...

Iglesia de San Claudio de Olivares

En el histórico barrio de Olivares, junto a la ribera del río Duero, se alza la Iglesia de San Claudio ...

Iglesia de San Esteban

La Iglesia de San Esteban, conocida popularmente entre los zamoranos como "Los Padres", constituye uno de los ejemplos más representativos ...

Iglesia de San Frontis

En la margen izquierda del río Duero, frente al histórico barrio de Olivares y junto al emblemático Puente de Piedra, ...

Iglesia de San Juan Bautista

Su denominación de "Puerta Nueva" proviene de su ubicación junto a la Porta Nova, la puerta más oriental del primer ...

Iglesia de San Lázaro

La Iglesia de San Lázaro es uno de los templos más emblemáticos y queridos del tejido urbano de Zamora, ubicada ...

Iglesia de San Vicente Mártir

La Iglesia de San Vicente Mártir se alza como uno de los templos románicos más emblemáticos de la ciudad de ...

Iglesia de Santa María de la Horta

La Iglesia de Santa María de la Horta, también conocida simplemente como iglesia de la Horta, representa uno de los ...

Iglesia de Santa María la Nueva

La Iglesia de Santa María la Nueva representa uno de los testimonios más singulares del románico zamorano, no solo por ...

Iglesia del Espíritu Santo

La Iglesia del Espíritu Santo es uno de los tesoros románicos más singulares de Zamora, un pequeño templo medieval que ...