Iglesia del Espíritu Santo

La Iglesia del Espíritu Santo es uno de los tesoros románicos más singulares de Zamora, un pequeño templo medieval que se alza extramuros del casco histórico y que conserva intacta la esencia de la arquitectura religiosa del siglo XIII. Consagrada en 1211 y declarada Bien de Interés Cultural en 1983, esta iglesia guarda en su interior una de las historias más fascinantes de la Semana Santa zamorana: el hallazgo casual del Santísimo Cristo del Espíritu Santo, un crucificado gótico del siglo XIV que permaneció emparedado durante siglos hasta su descubrimiento en 1963. Como sede de la Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Espíritu Santo, este templo representa un punto de encuentro entre la historia medieval y la devoción popular contemporánea.

Interior de la Iglesia Ortodoxa del Espíritu Santo en Vilna, Lituania.
Interior de la Iglesia Ortodoxa del Espíritu Santo en Vilna, Lituania. Foto: DAVID ILIFF, Wikimedia Commons (CC BY-SA 3.0).

Fundación y consagración

Los orígenes de la Iglesia del Espíritu Santo se remontan a los primeros años del siglo XIII, una época de expansión y consolidación urbana en Zamora tras la Reconquista. El templo fue fundado, edificado y dotado por Juan, maestro y deán de la Catedral de Zamora, un personaje destacado del cabildo catedralicio que impulsó la construcción de este templo en el arrabal noroeste de la ciudad, en lo que entonces se conocía como la «Pobla Sancti Spiritus».

La iglesia fue solemnemente consagrada el 12 de junio de 1211, según consta en el acta de consagración original que se conserva en el Archivo Histórico Diocesano de Zamora. Este documento, casi único en su género y recientemente restaurado, constituye una fuente histórica de extraordinario valor. La ceremonia de consagración fue presidida por Martín, obispo de Zamora, acompañado por Arnaldo, obispo de Coria, y un tercer prelado portugués. En el altar fueron depositadas reliquias de gran veneración, incluyendo vestigios atribuidos a la Virgen María, los apóstoles Andrés, Felipe y Jacobo, los santos mártires Esteban, Vicente y Clemente, y las santas vírgenes Marina y Eufemia, entre otras.

Once años después de su consagración, en 1222, el rey Alfonso IX de León tomó bajo su protección real tanto la iglesia como el hospital del Espíritu Santo que existía anexo al templo. Este hospital, siguiendo la tradición medieval de asistencia a peregrinos y enfermos, funcionó durante siglos al servicio de la comunidad. El arrabal en el que se asentaba poseía desde esa fecha un fuero especial, lo que otorgaba privilegios jurídicos y fiscales a sus habitantes y evidenciaba la importancia del núcleo poblacional que se había formado en torno al templo.

La iglesia tuvo dignidad abacial, aunque siempre dependiente del cabildo catedralicio de Zamora. En 1512, el Papa Julio II erigió una dignidad en la Catedral con el título de Abad de Sancti Spiritus, una institución que contó con la oposición del Cabildo y se prolongó hasta 1851, cuando quedó suprimida por el Concordato suscrito ese año. La iglesia fue parroquia hasta 1895, momento en el que desapareció su circunscripción parroquial pasando a ser aneja de la parroquia de San Lázaro. En 1987 se restauró su condición parroquial, pasando a depender de ella la ermita del Cristo de Valderrey.

Datos prácticos para la visita

La Iglesia del Espíritu Santo se encuentra en la Calle del Espíritu Santo, número 22, en el código postal 49027 de Zamora, en el barrio que lleva su mismo nombre, situado al noroeste del casco histórico entre las carreteras de Almaraz y Alcañices, cerca del bosque de Valorio.

Horarios de culto y visitas

Día Horario
Jueves 19:00h (misa)
Domingos y festivos 11:00h y 12:00h (misas)
Julio, agosto y septiembre Horarios especiales – consultar parroquia

El templo solo se encuentra abierto durante los horarios de culto. Para visitas turísticas o grupos, se recomienda contactar previamente con la parroquia. El actual párroco es D. Francisco Javier Fresno Campos, quien tomó posesión del cargo el 29 de septiembre de 2024. Fresno Campos, licenciado en Medicina, es un reconocido especialista en religiosidad popular y cofradías, siendo delegado diocesano para la Religiosidad Popular, Cofradías y Hermandades, además de coordinador de la Comisión de Encuentros y Congresos Nacionales de Cofradías.

Arquitectura románica tardía

La Iglesia del Espíritu Santo es un ejemplar característico del románico tardío zamorano del siglo XIII, con una arquitectura sobria y austera que refleja las corrientes constructivas de la época. Se trata de un edificio de pequeñas dimensiones pero de proporciones armoniosas, con una planta rectangular compuesta por una única nave de un solo tramo y ábside de cabecera plana, elemento poco frecuente en el románico pero que aquí se presenta con una solución elegante cubierta con bóveda de cañón apuntado.

El exterior del templo muestra un aparejo de sillería de buena factura, con un cuidado trabajo en piedra que evidencia la pericia de los canteros medievales. De hecho, se han identificado 131 marcas de cantero de 40 tipos diferentes en el edificio, testimonio del trabajo de dos logias de canteros y dos maestros especialistas que trabajaron especialmente en la fachada oriental. Estas marcas, de diseño sencillo con predominio de trazo recto, incluyen tanto signos comunes (aspas, ángulos, marcas de posición) como ideogramas de significado simbólico religioso para la protección del templo.

Uno de los elementos más destacados del exterior es el magnífico rosetón calado que perfora el testero plano de la capilla mayor. Este rosetón, de doble composición, presenta siete círculos ornados con punta de diamante y hojas planas, constituyendo una solución decorativa elegante que encuentra equivalentes en otros templos zamoranos como San Juan de Puerta Nueva y Santiago del Burgo, evidenciando influencias compartidas entre los talleres constructivos de la época.

Los aleros de la iglesia están rematados con acróteras (remates decorativos) que recuerdan a las de la Catedral de Zamora y Santiago del Burgo, estableciendo conexiones estilísticas con los principales templos de la ciudad. En el testero se conservan dos acróteras y una gran bola, elementos característicos de la arquitectura zamorana del momento. La espadaña rectangular en la fachada occidental presenta vanos para dos campanas y completa el conjunto exterior del templo.

El templo cuenta con dos portadas: la meridional, en la fachada sur, de medio punto doblado, y la septentrional, en el lado norte, de factura más sencilla. En los muros norte, oeste y sur todavía sobresalen los apoyos de un pórtico que antiguamente protegía las entradas, elemento perdido pero del que quedan vestigios constructivos. La sacristía se sitúa en el lado norte del ábside, adosada al templo principal.

El interior presenta una gran sobriedad y elegancia. La nave estaba originalmente cubierta con una importante armadura de madera del siglo XV con estructura de par y nudillo y decoración morisca, que se perdió en 1942 y fue sustituida por la cubierta actual a mediados del siglo XX. El arco triunfal que separa la nave de la capilla mayor es también de medio punto doblado, marcando el paso al presbiterio. Recorre todo el interior una característica imposta de tipo zamorano, elemento arquitectónico distintivo del románico de la ciudad.

A los pies del muro norte se conserva la estatua yacente del abad Franco de Rivera (†1350), testimonio escultórico de la dignidad abacial que ostentó el templo durante siglos. En el presbiterio se conserva un gran lienzo barroco que representa la venida del Espíritu Santo en la Pascua de Pentecostés, aportando un elemento cromático y devocional de época posterior al conjunto románico.

El hallazgo del Cristo del Espíritu Santo

Una de las historias más fascinantes vinculadas a la Iglesia del Espíritu Santo es el descubrimiento fortuito del Santísimo Cristo del Espíritu Santo, un crucificado gótico que se ha convertido en la imagen titular de la hermandad penitencial y en la talla más antigua de cuantas procesionan en la Semana Santa de Zamora.

El hallazgo tuvo lugar el 14 de mayo de 1963, poco antes del rezo de las Vísperas de San Isidro Labrador. Mientras varios niños jugaban en la iglesia, uno de ellos descubrió casualmente un crucificado emparedado en un nicho del muro sur del templo, a la altura del presbiterio. El descubrimiento se produjo durante las obras de desencalado que se estaban realizando en el templo para devolver a la vista la piedra original de los muros, que habían permanecido encalados durante siglos.

La imagen apareció en lamentable estado de conservación: mutilada del brazo izquierdo, con los pies serrados y sin cruz. Seguramente, debido a cambios en los gustos devocionales y estéticos en algún momento indeterminado del pasado, el cristo fue retirado del culto y emparedado para protegerlo de la destrucción o profanación, práctica relativamente habitual en épocas de reformas o cambios litúrgicos.

El mismo año de su aparición se procedió a su restauración por parte de Julián Román Gonzalo «Alito» y Fernando Núñez Colodrón, quienes tallaron el brazo que le faltaba, encolaron los pies y construyeron una nueva cruz de reminiscencias arbóreas que ha acompañado a la imagen desde entonces. Como se desconocía su advocación original (probablemente simplemente «Santo Cristo»), también se procedió a su «restauración advocativa», tomando la decisión lógica de poner el crucificado bajo la advocación titular de la iglesia en la que había sido hallado. Así, desde 1963 este crucificado gótico pasó a denominarse Santísimo Cristo del Espíritu Santo, configurando una advocación extraña y poco común, ya que en raras ocasiones encontramos esta titulación aplicada a una imagen de Cristo.

La imagen presenta cierto dinamismo característico del gótico: la cabeza inclinada a la derecha, los brazos ligeramente flexionados a la altura del codo, las manos extendidas y las piernas cruzadas con la rodilla inclinada, de forma que los pies aparecen sujetos con un solo clavo. Con una altura de 1,50 metros (menor que el tamaño natural), la talla muestra rasgos propios de mediados del siglo XIV: boca entreabierta, corona de espinas y un naturalismo gótico tímido pero evidente. Se trata de una obra de autor anónimo y factura modesta, pero de gran valor devocional e histórico.

El Cristo ha sido restaurado en varias ocasiones posteriores: en 1986 por Nazario Diego Iglesias, director del Taller de Restauración de la Diócesis, quien realizó un fijado de policromías; en 1996 por María del Carmen García Lucas, con una intervención más profunda que incluyó fijación de policromía, eliminación de barnices, repintes y betún de Judea; y más recientemente, en 2024, por Gerardo José Casaseca García, en el marco del convenio entre la Junta Pro Semana Santa y el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León.

Tras considerar varias ubicaciones y descartar finalmente el altar mayor, el Cristo quedó situado en el muro norte de la iglesia, hacia la mitad de la nave, lugar donde se conserva y venera en la actualidad, siendo visible durante todo el año para los fieles que acuden al templo.

Pinturas murales y patrimonio artístico recuperado

Las mismas obras de 1963 que permitieron el hallazgo del Cristo también depararon otro descubrimiento de gran interés: la recuperación de pinturas murales medievales que habían permanecido ocultas bajo las capas de encalado. Se pudieron rescatar tres cruces de consagración acompañadas del Tetramorfos (los cuatro símbolos de los evangelistas), ángeles y decoración geométrica, vestigios de la decoración pictórica original que cubría los muros del templo.

En la reforma de 1963, cuando se procedió a «desnudar» los muros retirando los encalados, también se eliminaron el púlpito, la tribuna y los retablos que se habían añadido en épocas posteriores, devolviendo al templo su aspecto románico original. En la nueva decoración colaboraron destacados artistas zamoranos: Luis Quico realizó las vidrieras, Higinio Vázquez hizo el sagrario, una imagen de la Virgen y candelabros, y Tomás Crespo diseñó apliques y la lámpara central (hoy retirados).

La iglesia también conservaba hasta 1803 un claustro, elemento que se perdió en el siglo XIX junto con la armadura morisca del siglo XV, dejando al templo desprovisto de dos elementos arquitectónicos significativos de su historia. Las intervenciones arqueológicas realizadas entre 2010 y 2011 dentro del programa «Zamora Románica» han permitido recuperar niveles de suelo más antiguos, documentar las huellas de un altar primitivo y buena parte de la necrópolis exterior, proporcionando al edificio un mayor empaque volumétrico y revelando aspectos importantes de su historia constructiva y funeraria.

Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Espíritu Santo

La Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Espíritu Santo fue aprobada canónicamente el 12 de diciembre de 1974, realizando su primera procesión el 21 de marzo de 1975 con 120 hermanos fundadores. Esta hermandad zamorana fue impulsada por jóvenes miembros de familias semanasanteras de la ciudad en un contexto de renovación de la Semana Santa de Zamora.

Curiosidades y momentos históricos del templo

El acta de consagración: un tesoro documental único. El acta original de la consagración de la iglesia, fechada el 12 de junio de 1211, es un documento casi único en su género que se conserva en pergamino en el Archivo Histórico Diocesano. Este valioso testimonio fue recientemente restaurado y se expone en ocasiones especiales, como en la celebración del 800 aniversario de la consagración del templo en 2011. El documento detalla con precisión las reliquias depositadas en el altar y la presencia de los tres obispos consagrantes, constituyendo una fuente histórica de primer orden para conocer los rituales de consagración medieval.

El hallazgo que cambió la Semana Santa zamorana. El descubrimiento del Cristo en 1963 no fue inmediato ni planificado, sino fruto del azar y la curiosidad infantil. Los niños que jugaban en la iglesia aquel día de mayo no podían imaginar que estaban a punto de devolver a la luz una imagen que se convertiría en la más antigua de toda la Semana Santa de Zamora y en el origen de una nueva hermandad penitencial.

De hospital medieval a parroquia moderna. El hospital del Espíritu Santo que funcionó anexo al templo durante la Edad Media fue, como tantos otros establecimientos asistenciales medievales, un punto de acogida para peregrinos, pobres y enfermos. Aunque desapareció hace siglos, su memoria pervive en el nombre del barrio y en la tradición hospitalaria del lugar.

Una advocación poco común. La denominación «Cristo del Espíritu Santo» es inusual en la imaginería hispana. Lo habitual es encontrar la advocación del Espíritu Santo vinculada a iglesias, monasterios o capillas, como el propio templo zamorano o el Monasterio de Sancti Spiritus de Toro, pero raramente aplicada directamente a una imagen de Cristo crucificado. Un caso similar es el Cristo del Espíritu Santo de Malagón (Ciudad Real), que también toma su advocación del lugar donde apareció.

La restauración de 2024 revela nuevos secretos. La última intervención de restauración del Cristo, realizada en 2024 por Gerardo José Casaseca García, ha permitido documentar con mayor precisión la compleja historia material de la imagen, con evidencias de que desde su hallazgo ha sido objeto de numerosas intervenciones que se suman a su ya compleja historia previa al emparedamiento.

Un templo celebrado en su 800 aniversario. En 2011, la parroquia y la hermandad celebraron el 800 aniversario de la consagración del templo con un programa de actos que incluyó misa solemne presidida por el obispo, exposición del acta de consagración original, conciertos y una jornada de convivencia parroquial en la ermita del Cristo de Valderrey, demostrando la vitalidad de una comunidad que mantiene vivo el espíritu de este templo milenario.

Preguntas recurrentes

¿Cuándo fue consagrada la Iglesia del Espíritu Santo?

El templo fue solemnemente consagrado el 12 de junio de 1211 por Martín, obispo de Zamora, acompañado por los obispos de Coria y un prelado portugués. Se conserva el acta original de la consagración en el Archivo Histórico Diocesano, documento de extraordinario valor histórico.

¿Qué es la «Pobla Sancti Spiritus»?

La «Pobla Sancti Spiritus» era el nombre del arrabal o pueblo que se formó en torno a la iglesia del Espíritu Santo, extramuros de la ciudad medieval. En 1222, el rey Alfonso IX otorgó a este núcleo un fuero especial, concediéndole privilegios jurídicos y fiscales que evidenciaban su importancia.

¿Cómo se descubrió el Cristo del Espíritu Santo?

El Santísimo Cristo del Espíritu Santo fue descubierto casualmente el 14 de mayo de 1963 por unos niños que jugaban en la iglesia, durante las obras de desencalado de los muros. La imagen apareció emparedada en un nicho del muro sur, mutilada del brazo izquierdo y con los pies serrados. Tras su restauración, se convirtió en la imagen titular de la hermandad penitencial fundada en 1974.

¿Cuándo procesiona la Hermandad del Espíritu Santo?

La Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Espíritu Santo realiza su procesión cada año en la noche del Viernes de Dolores, el viernes de la quinta semana de Cuaresma, que cae aproximadamente dos semanas antes del Domingo de Ramos. Esta procesión marca el inicio de la Semana de Pasión en Zamora.

¿Por qué es tan importante el rosetón de este templo?

El rosetón calado del testero plano de la iglesia es uno de los elementos más destacados del románico zamorano. Con sus siete círculos ornados con punta de diamante, encuentra equivalentes en otras iglesias de la ciudad como San Juan de Puerta Nueva y Santiago del Burgo, evidenciando influencias compartidas entre los talleres constructivos medievales y constituyendo un ejemplo característico de la solución que los maestros canteros zamoranos dieron al problema de iluminar las cabeceras planas.

¿Se puede visitar el interior del templo?

La iglesia solo está abierta durante los horarios de culto: jueves a las 19:00h y domingos y festivos a las 11:00h y 12:00h (excepto en julio, agosto y septiembre). Para visitas turísticas fuera de estos horarios, se recomienda contactar previamente con la parroquia. Durante las misas es posible contemplar el Cristo del Espíritu Santo en su ubicación en el muro norte de la nave.

¿Qué otras pinturas o elementos decorativos se conservan?

Además del Cristo gótico, la iglesia conserva tres cruces de consagración con el Tetramorfos, ángeles y decoración geométrica recuperadas en 1963, la estatua yacente del abad Franco de Rivera (†1350) y un gran lienzo barroco representando la venida del Espíritu Santo en Pentecostés. Las vidrieras son obra de Luis Quico y otros elementos litúrgicos fueron realizados por artistas zamoranos tras la restauración de 1963.

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